Elegí ser periodista a la tentación del ser "comunicólogo" -qué fea palabra-; elegí ser historiadora híbrida pese a los que desconfían de la relación entre periodismo e historia y pese a los que les causa incomodidad que tenga cosas que decir de esos dos asuntos y de muchos más. Pero lo que no mata fortalece, y a lo mejor, sólo a lo mejor, sí puede haber rosas en el mar.